De una superficie marítima reclamada por Perú de 38 mil kilómetros
cuadrados, la CIJ determinó que 21 mil pasarán a la soberanía peruana y
17 mil quedarán como mar chileno, según se desprende de la lectura del
fallo leído esta mañana por más de dos horas por el presidente del
tribunal de las Naciones Unidas, Peter Tomka, reproducido por las
agencias Ansa, DPA y EFE.
Sin embargo, el fallo, adoptado por 15 votos contra 1, no altera las
zonas de pesca en las que Perú y Chile ejercen su exclusividad,
principal preocupación de los dos gobiernos y los sectores pesqueros a
ambos lados de la frontera, con foco en las ciudades peruana de Tacna y
chilena de Arica.
De esta manera, los dos países seguirán explotando en las mismas áreas
en que lo hacían hasta ahora la pesca de bajura, es decir las de las
proximidades a las costas, de importancia especial por la captura de la
anchoveta, usada para la fabricación de harinas de las que Perú y Chile
son el primer y segundo exportador mundial, respectivamente.
Esta situación quedó determinada a partir de la CIJ mantuvo el actual
límite hasta las 80 millas a partir de la costa, el llamado Hito 1, que
es la línea marcada por el paralelo 18 grados, 21 minutos, 00 segundos,
el mismo que define la frontera terrestre.
Pero la concesión a Perú de 21 mil kilómetros cuadrados del mar chileno
surge porque el tribunal interpretó que, a partir de las 80 millas desde
la costa, el límite no debe ser la prolongación del Hito 1, como
sostenía Chile, sino una línea equidistante en dirección oeste-sur hasta
las 200 millas medidas desde la costa chilena.
La introducción de esta línea equidistante concede además el área
marítima más allá de las 200 millas solicitada por Perú, pero mantiene
bajo soberanía chilena unos 17 mil kilómetros cuadrados de mar a los que
Lima también aspiraba.
Para establecer esta nueva delimitación en el Pacífico, los jueces
analizaron los convenios ya existentes y su puesta en práctica, en
especial los tratados de 1952 y 1954 en los que se definieron además
acuerdos pesqueros entre ambos países.
Los jueces ponderaron el veredicto como una solución que busca ser
"equitativa", aunque reconocieron que la situación es "poco habitual",
ya que debe haber una delimitación en alta mar, porque, aunque esbozaron
la línea divisoria, no establecieron las "coordenadas precisas" de esta
nueva frontera marítima.
"La Corte espera que las partes determinen estas coordenadas de acuerdo
con el fallo y en el espíritu de buenos vecinos", sostuvo el fallo.
La lectura del fallo, definitivo y vinculante, fue seguida en Santiago y
en Lima por ambos gabinetes ministeriales reunidos en pleno y
encabezados por los dos presidentes, quienes habían reiterado ya en
varias oportunidades su voluntad de acatar el veredicto.
Tras un análisis preliminar, los mandatarios se comunicaron y salieron a
hacer las primeras consideraciones del fallo, que mantuvo expectante a
la opinión pública de los dos países en las últimas semanas.
Sebastián Piñera ratificó que Chile acatará el fallo, del que dijo
discrepar "profundamente" y al que consideró como "una lamentable
pérdida" para su país.
No obstante, resaltó que, en lo sustancial, "la Corte ha confirmado los
argumentos de la posición chilena" y valoró que Chile conserve casi la
totalidad de sus derechos de pesca, en especial los que practican las
pequeñas barcas o artesanales.
Piñera sostuvo que "la implementación del fallo deberá ser gradual y
requerirá de acuerdos entre las partes" y confirmó que dialogó al
respecto con su colega Ollanta Humala y con su sucesora Michelle
Bachelet.
Muy diferente se mostró el mandatario peruano en su mensaje al país,
durante el que resaltó su satisfacción por la manera en que la CIJ
resolvió la controversia.
"Hoy es una fecha histórica", señaló y manifestó que Perú se siente
"complacido del resultado de esta opción de paz, en plena consonancia
con los principios y propósitos establecidos en la carta de las Naciones
Unidas".
El jefe de Estado indicó que Perú "adoptará de inmediato las acciones
que se requieran" para la pronta implementación del fallo y dijo estar
confiado en que "el gobierno de Chile actuará de forma similar".
"Ratifico nuestra voluntad y también confío en la voluntad del gobierno
de Chile de llevar cuanto antes la ejecución de esta sentencia y que
esto abra una nueva etapa en las relaciones bilaterales", concluyó.
Bachelet, quien será la que implemente la decisión de la CIJ por parte
de Chile, consideró el veredicto como "una pérdida dolorosa".
Sin embargo, la presidenta electa rescató que no se perdió soberanía
sobre el mar territorial y que "la pesca no se verá afectada porque casi
toda se produce en la zona reconocida a Chile".
Además, ratificó que trabajará, a partir del 11 marzo, cuando asuma el
Presidencia, "para que la paz y la cooperación marquen la relación entre
Chile y Perú".
El fallo CIJ demoró seis años, luego que Lima demandara en 2008 a Chile
por la fijación de una frontera marítima, cuestión que Santiago
consideraba zanjada por los acuerdos de 1952 y 1954, y lo usos y
prácticas posteriores.
La controversia es una derivación del resultado de la llamada Guerra del
Pacífico (1879-1873), ganada por Chile a Bolivia y Perú, países que
perdieron, de esta manera, parte de su territorio.